Lisandro Rosell tiene 16 años y forma parte del espectro autista. Es el hijo de la actriz Valentina Bassi y del director de cine Ulises Rosell, por lo que se crió entre bambalinas de teatros y backstages de rodaje. Esa experiencia familiar y su condición lo lleva a que no logra distinguir entre realidad y ficción. Su existencia en el día a día, su visión del mundo y la conformación de sus vínculos -en especial con su madre- fue retratada por su padre en la docuficción “Presente continuo”, el largometraje que ganó la 20ª edición del festival Tucumán Cine Gerardo Vallejo en la categoría de producciones argentinas. Este año fue la que mayor premio en dinero tenía asignado: $1 millón (unos U$S730 al cambio oficial de ayer al mediodía, monto insignificante en la industria cinematográfica nacional).

La película de Rosell fue elogiada por el jurado conformado por Nicolás Aráoz, Adrián Garelik y Lara Decuzzi “por su abordaje con sensibilidad artística, que invita a detenerse y observar en tiempos acelerados, y por su compromiso con temáticas urgentes como el vínculo con las discapacidades en nuestro país”. “‘Presente continuo’ interpela al espectador a través de un uso preciso y reflexivo del lenguaje documental”, agregaron.

Antes de llegar a Tucumán, la realización ya había ganado una mención especial en la Competencia Oficial Argentina y el Premio del Público a Mejor Largometraje en el Bafici, y se proyectó en el Malba. “Más que sobre el autismo, para mí es una película sobre el amor”, declaró Bassi hace una semana al diario “La Nación”, al tiempo que la definió como un “biodrama artesanal y frágil”. “No estaba en nuestra idea mostrar el autismo: era racional, era emocional. Nosotros queríamos contar una historia que nos atraviesa hace muchísimos años, que nos preocupa, que nos maravilla, y que nos hace sentir vulnerables por muchísimos momentos”, agregó.

Una película actuada y dirigida por los padres de un chico autista resultó ganadora del Festival Gerardo Vallejo

Aparte del galardón mayor, el jurado otorgó una mención especial a “El tiempo entre nosotros”, de la tucumana Agostina Colantuoni, por considerar que es una realización “comprometida con la producción federal y sin resignar la búsqueda artística ni el arraigo territorial”. “Brilla su protagonista, Victoria Toledo, a quien la directora integra con sensibilidad y precisión a las herramientas del cine”, señala.

La sinopsis adelanta que el filme comienza con una joven que camina apresurada porque sigue a un chico que va delante de ella. “De a poco la distancia se va acortando. Ella le habla, pero él no la escucha. Se apura y lo toma del brazo haciéndolo quedar de frente a ella, y sabe que después de decir un montón de palabras que no decían nada, sólo le queda una sola que explica todo y debe decírsela”, se plantea.

Preocupación

El cierre del festival, con el anuncio de los ganadores se realizó en la noche del domingo, en el teatro San Martín. La apertura de la gala fue con la performance “Sala 20”, interpretada por los bailarines Ana Andole, Walter Ferreira y Marianela Gómez, con música del Grupo La Trinchera y las voces de Lucía Aragón y Victoria Corne.

El jurado del premio principal no sólo eligió al ganador, sino que además expresó su “preocupación por las decisiones de política púbica sobre el cine y la cultura que minimizan al sector” y pidieron un diálogo que permita reflexionar sobre el rol de la industria audiovisual.

El festival Gerardo Vallejo atrapó la avidez y el deseo de los más jóvenes

En la competencia WIP NOA (Work In Progress, reservada a proyectos en ejecución en la región) fueron galardonados “Compartir la soledad”, de Mariel Bomczuk, “por su registro emocional mostrando la vida de dos artistas que hicieron su propio camino con una identidad propia” (premio DCP otorgado por Lahaye Media); y “Bravo”, de Bonzo Villegas, “por su arriesgada propuesta y apuesta al género desde una ficción que se afirma en la idiosincrasia de una región y su originalidad” (posproducción de sonido, otorgado por Gustavo Pomeranec). Hubo una mención especial a “Los brillantes machetes”, de Álvaro Simón Padrós, “por su original tratamiento que ejerce una mirada y una escucha de honesta proximidad hacia un universo poco transitado por el cine local, trascendiendo el paisajismo rural para introducirse en la naturaleza humana de un mundo que resiste al paso del tiempo”.

A su vez, la asociación Tucumán Audiovisual distinguió al corto “Cuando cae la noche”, al videoclip “Carne y sal” y a “El tiempo entre nosotros”.

Videoclips con calidad: Maze 2K presentó tres temas y se llevó el premio

“La Data”, la canción del rapero Maze 2K con su versión fílmica dirigida por Solana Carlevaris (foto), ganó en la categoría Videpclips Tucumanos, en la cual había presentado tres realizaciones. Patricio García, Irina Parolo y Kevin Zelaznik lo eligieron por unanimidad por “la originalidad en la búsqueda creativa y concepto, una traducción fiel de nuestra cultura popular a lenguaje audiovisual”. “Cada plano narra verosimilitud dentro del relato, mirás el video y le creés. La mirada de la directora, tanto en montaje como en dirección de actores, es preciosa y súper relevante”, agregaron y dieron menciones especiales a “Tratando”, tema de El Vélez con video de Máximo Duilio Rossarolli; “5 cosas”, de  La Llorona y su Jardín de Dragones dirigido por Capitana de Cristal; “Carne y Sal”, de Miguel Gallo, por Tomás Rivero Matías; y “Ardan”, de Facundo Nadra por el mismo autor y Albano Bomba. El jurado destacó la gran calidad de los clips en competencia y “su aporte artístico al cine y a la cultura”.

Documental chileno: “La fabulosa máquina de cosechar oro” ganó la instancia internacional

Toto es el último buscador de oro en Tierra del Fuego; tiene 62 años y su cuerpo está dañado por su trabajo. Se siente cercano a la muerte, pero no puede dejar de trabajar: no está calificado para jubilarse según la seguridad social de Chile. Su hijo Jorge diseña un dispositivo que debería traerles un futuro mejor. El documental “La fabulosa máquina de cosechar oro”, del chileno Alfredo Pourailly De La Plaza, se impuso en la Competencia Latinoamericana de Largometrajes y ganó $800.000 “por el abordaje sensible que pone en valor a un personaje modelado por la textura del territorio inhóspito que habita, y por el retrato íntimo del vínculo entre padre e hijo”, según el dictamen firmado por Nicolás Aráoz, Adrián Garelik y Lara Decuzzi. “Esta obra rescata oficios artesanales en extinción y nos invita, una vez más, a construir patrimonio cultural. Destacamos, además, la épica de haber acompañado durante seis años la soledad del protagonista, en un paisaje tan bello como adverso”, agregan.

Cortometraje argentino: la relación de una madre y su hija, con miradas de mujer y preguntas

Instantes en un día en la vida de una madre y su hija, donde mientras se acompañan salen a la luz inquietantes incógnitas que intentarán develar, conforman “Un deseo, otra pregunta y una medalla” -foto-, la ganadora de la categoría Cortometrajes Argentinos (se llevó $500.000) según el jurado integrado por Ezequiel Martínez, Florencia Arias y Jimena Muñoz. La producción de Anahí Sinatra tiene “una mirada profunda y sensible sobre el trabajo, los vínculos y lo femenino, sostenida en una dirección precisa, actuaciones conmovedoras y una narrativa íntima y sólida”. Además se otorgaron tres menciones especiales: dos fueron a cortos relacionados con el tiempo de la represión militar de los 70, “Cuando cae la noche”, de la tucumana Elena Burgo De Chazal y “El sánguche de salame”, animación de Clarisa Lea Place (sobrina de la militante tucumana homónima del ERP, asesinada en 1972); y otra para “Las panteritas”, del salteño Alejandro Gallo Bermúdez, sobre una pareja que debe decidir si convive o no durante la cuarentena en la pandemia de covid.